sábado, 29 de octubre de 2011

¿CÓMO CUIDO EL MEDIO AMBIENTE EN EL AMBIENTE HOSPITALARIO?


Realmente hablar del cuidado del medio ambiente dentro de un medio hospitalario es un gran dilema, a la vez una gran responsabilidad, la verdad más de la mitad de mi vida transcurre dentro del ambiente hospitalario, y es ahí donde el cuidado del medio ambiente se vuelve un tema de suma importancia, quizá se pregunten ¿cómo es que cuidamos el medio ambiente si estamos dentro de un hospital? La verdad es que en ello aportamos bastante,

Podría clasificar al medio ambiente dentro de un hospital como animado y desanimado.  El medio ambiente animado Lo constituyen los pacientes hospitalizados, el personal que trabaja en el hospital y los visitantes del centro. El factor ambiental animado es fuente de infección o mecanismo de transmisión importante de gérmenes. Se trata con frecuencia de procesos cruzados, ya que los enfermos infecciosos constituyen un riesgo para el resto de los pacientes, personal sanitario e incluso para los visitantes, y en sentido inverso los sanitarios y las visitas pueden constituir fuente de infección de microorganismos patógenos para los pacientes ingresados. Como parte básica de la cadena epidemiológica, las manos se consideran el mecanismo más importante de transmisión de la infección desde un enfermo o desde el personal sanitario a otro paciente del hospital. El medio ambiente inanimado presente en todo el hospital guarda una íntima relación con las infecciones nosocomiales, y puede contribuir a casos esporádicos o a brotes de enfermedad en instituciones al proporcionar focos de contagio y transmisión de gérmenes por vehículo común, por el aire y por vectores. Ejemplos de transmisión por contacto de las infecciones en el medio hospitalario son la enfermedad transmitida a un huésped susceptible por un endoscopio contaminado por Salmonella, o una neumonía transmitida por el equipo de terapia respiratoria contaminado por Pseudomona aeruginosa. El aire, como parte del medio ambiente inanimado, sirve como vehículo a través del cual los microorganismos infecciosos procedentes de otros focos son transmitidos por el polvo o en pequeñas gotículas. En primer lugar, la mayoría de las especies de microorganismos presentes en el aire o en las superficies inanimadas raramente producen casos de enfermedad. En segundo lugar, independientemente del grado de contaminación, los objetos que nunca entran en contacto con un individuo raramente están implicados en la transmisión de las enfermedades. En tercer lugar, si un objeto contaminado por microorganismos patógenos es colocado en el interior del cuerpo, o si los microorganismos suspendidos en el aire caen directamente o son introducidos mediante un objeto en una herida, el torrente circulatorio, la vejiga o los pulmones, entonces la posibilidad de que se produzca una infección es grande.

De este modo, la contaminación ambiental sirve muy frecuentemente de foco para la transmisión de infecciones nosocomiales, cuando el equipo, los fármacos, o los instrumentos contaminados introducen microorganismos patógenos en el interior del paciente.

Entonces una interacción correcta entre los factores antes explicados es una gran manera de contribuir con el medio ambiente, así como la clasificación correcta de los desechos, ya que debemos tomar en cuenta que dentro del ambiente hospitalario existen desechos bio-peligrosos, dado que nos encontramos en contacto con todo tipo de secreciones, y todo tipo de pacientes, es por ello que cada material utilizado debe ser clasificado correctamente.



UN ERROR PERFECTO


Mi abuelo amaba la vida, especialmente cuando podía hacerle una broma a alguien. Hasta que un frío domingo en Chicago, mi abuelo pensó que Dios le había jugado una broma. Entonces no le causó mucha gracia. Él era carpintero. Ese día particularmente él había estado en la Iglesia haciendo unos baúles de madera para la ropa y otros artículos que enviarían a un orfelinato a China. Cuando regresaba a su casa, metió la mano al bolsillo de su camisa para sacar sus lentes, pero no estaban ahí. Él estaba seguro de haberlos puesto ahí esa mañana, así que se regresó a la Iglesia. Los buscó, pero no los encontró. Entonces se dio cuenta de que los lentes se habían caído del bolsillo de su camisa, sin él darse cuenta, mientras trabajaba en los baúles que ya había cerrado y empacado.

¡Sus nuevos lentes iban camino a China! La Gran Depresión estaba en su apogeo y mi abuelo tenia 6 hijos. Él había gastado 20 dólares en esos lentes. "No es justo" le dijo a Dios mientras manejaba frustrado de regreso a su casa. "Yo he hecho una obra buena donando mi tiempo y dinero y ahora esto".  Varios meses después, el Director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos. Quería visitar todas las Iglesias que lo habían ayudado cuando estaba en China, así que llegó un domingo en la noche a la pequeña Iglesia a donde asistía mi abuelo en Chicago. Mi abuelo y su familia estaban sentados entre los fieles, como de costumbre. El misionero empezó por agradecer a la gente por su bondad al apoyar al orfelinato con sus donaciones. "Pero más que nada",  dijo  "Debo agradecerles por los lentes que mandaron”. Verán, los comunistas habían entrado al orfelinato, destruyendo todo lo que teníamos, incluyendo mis lentes. ¡Estaba desesperado!

Aún y cuando tuviera el dinero para comprar otros, no había donde. Además de no poder ver bien, todos los días tenía fuertes dolores de cabeza, así que mis compañeros y yo estuvimos pidiendo mucho a Dios por esto. Entonces llegaron sus donaciones. Cuando mis compañeros sacaron todo, encontraron unos lentes encima de una de las cajas".  El misionero hizo una larga pausa, como permitiendo que todos dirigieran sus palabras. Luego, aún maravillado, continuó: "Amigos, cuando me puse los lentes, eran como si los hubieran mandado hacer justo para mí.
¡Quiero agradecerles por ser parte de esto!. Todas las personas escucharon, y estaban contentos por los lentes milagrosos. Pero el misionero debió haberse confundido de Iglesia, pensaron. No había ningunos lentes en la lista de productos que habían enviado a China. Pero sentado atrás en silencio, con lágrimas en sus ojos, un carpintero ordinario se daba cuenta de que el Carpintero Maestro lo había utilizado de una manera extraordinaria. 
 
 
 

CUANDO DIOS CREÓ A LA MADRE


Cuando Dios estaba creando a la madre, se encontraba trabajando horas extras en el sexto día. En ese momento apareció un ángel y le dijo:- Señor, ¿no crees que estás poniéndole demasiadas cosas a esta obra?   - ¿Acaso no has notado todo lo que necesita? Contestó el Señor. – Requiere ser completamente lavable, pero no puede ser de plástico, tener 180 partes móviles... todas reemplazables; tener un regazo que desaparezca cuando ella se para, poseer un beso capaz de sanar desde una pierna rota hasta un desengaño amoroso y por supuesto tener tres pares de manos. Con un ademán el ángel dijo: -¡Tres pares de manos...de ninguna manera! - No son las manos las que me están causando problemas - respondió el Señor - son más bien los tres pares de ojos que ellas deben tener. - ¿En el modelo estándar? Preguntó el ángel. -El Señor respondió: - Un par que pueda ver a través de puertas cerradas para cuando ella pregunte: ¿qué están haciendo ahí, niños?, aunque ella ya lo sepa.

El segundo par en la parte de atrás de la cabeza para ver lo que no quiere ver, pero que tiene que saber y por supuesto los que tiene enfrente para ver al niño travieso y decir con la mirada y sin hablar: lo entiendo y te amo.  - Señor - dijo el ángel gentilmente - ve a la cama, mañana será otro día...- No puedo - dijo el Señor - estoy tan cerca de crear algo muy parecido a mí, ahora mismo estoy introduciendo un dispositivo para que se auto cure cuando esté enferma, pueda alimentar a una familia de seis con sólo medio kilo de carne y pueda mantener a un niño de tres años en la regadera.                                                                       

 El ángel revisó cuidadosamente el molde y dijo: me parece que es muy suave. -Pero muy resistente, contestó el Señor - no puedes imaginar lo que esta obra mía puede hacer o soportar. - ¿Puede pensar? - preguntó el ángel. - No solo piensa, sino que es intuitiva y llega a acuerdos, sostuvo el Creador. - Finalmente el ángel se inclinó, recorrió con su dedo la mejilla e informó al Señor: hay una gotera... te lo dije, has puesto demasiadas cosas en este modelo. - No es una gotera - explicó el Señor - es una lágrima.
-¿Para qué?- Preguntó el ángel.  - Es para manifestar alegría, tristeza, dolor, decepción, soledad y orgullo, contestó el Señor.
 
- Señor, eres un genio - dijo el ángel.

EL EFECTO REJUVENECEDOR DEL EJERCICIO FÍSICO


El ejercicio físico puede hacernos perder los kilos de más, pero tiene otros efectos, para la musculatura, que hasta ahora eran esencialmente desconocidos. Una nueva investigación ha revelado que los ejercicios físicos de resistencia, como correr durante un buen rato, pueden hacernos parecer más jóvenes. La clave es que el ejercicio moviliza a las células madre de nuestros músculos.

El equipo de Dafna Benayahu y Gabi Shefer, de la Escuela Sackler de Medicina en la Universidad de Tel Aviv, cree que sus hallazgos explican por primera vez por qué las personas mayores que han hecho mucho ejercicio físico durante toda su vida se conservan mejor en cuanto a movilidad y fortaleza físicas.

Benayahu y sus colegas han descubierto cómo los ejercicios de resistencia física aumentan el número de células madre musculares y refuerzan su capacidad para rejuvenecer a los músculos viejos. Eso brinda esperanzas de que sea posible desarrollar un nuevo fármaco para ayudar a restaurar con mayor rapidez un grado de funcionalidad aceptable en los músculos de los ancianos con problemas de movilidad.

Los músculos y el esqueleto en nuestro cuerpo trabajan juntos. Cuando envejecemos, experimentamos sarcopenia, una disminución de la masa y la funcionalidad musculares, y osteopenia, un fenómeno similar pero que afecta a los huesos.


Como resultado de todo ello, nuestro sistema musculoesquelético es más susceptible al desgaste por las actividades cotidianas, lo que también explica el aumento del riesgo de caídas en los ancianos.

Al comparar el estado de salud musculoesquelética de unas ratas de edades y sexos diferentes, el equipo de investigación descubrió que el número de células satélite (células madre musculares) se incrementaba después de que las ratas corriesen sobre una cinta móvil durante 20 minutos al día en un período de 13 semanas. Las ratas más jóvenes mostraron un aumento del 20 al 35 por ciento en el número promedio de células madre por fibra muscular conservada. Y las ratas más viejas se beneficiaron aún más significativamente, mostrando un incremento del 33 al 47 por ciento de células madre.

El hallazgo demuestra que el ejercicio físico incrementó el número de células satélite, una cantidad que normalmente disminuye con el envejecimiento. Los investigadores creen que un descenso en el número de estas células y en su funcionalidad puede impedir el mantenimiento adecuado de la masa muscular y obstaculizar la capacidad de los músculos para repararse a sí mismos, dando lugar al deterioro muscular.